Los fines de semana son el momento perfecto para escaparse a visitar nuevos museos o exposiciones, asistir a un concierto, ir de compras o simplemente decidirse a recorrer durante unaparato de días el centro de algunas de las ciudades más interesantes de Europa.
1. Amsterdam, museos, vanguardia y canales
Su magia inigualable con sus elegantes casas y los canales llenos de barcas y sus acogedoras terrazas. Añadiendo sus espectaculares museos y street markets. Es fácil entender que esta ciudad enreda a ser una de las escapadas más populares de Europa.

El Rijksmuseum y el Van Gogh Museum son los dos museos imprescindibles. Pero entre las casetas de los canales encontrará algunos de los museos más originales. Más allá de la zona turística, habrá tiempo para descubrir algunos nuevos barrios, donde se cuece la vida más artística y bohemia de la ciudad. Por ejemplo Noord, detrás de la estación central, donde se combinan áreas verdes con algunos de los edificios más vanguardistas de la ciudad, pubs para escuchar música, estudios de artistas y fantásticas terrazas junto a los canales. Sin embargo, lo más curioso es que en esta misma zona, tanto vanguardista y bohemia, se conservan pueblos históricos con granjas tradicionales holandesas construidas en forma de queso, casas de madera y con magníficas vistas.
2. Oporto, la última escapada de moda.
Poco más de una hora de vuelo, junto al mar y con todo el encanto de los viejos puertos, Oporto se debate entre el anhelo nostálgico y la modernidad de vanguardia. La prueba que Oporto vive un cambio radical está en Rua Miguel Bombarda. Una calle llena de energía, vitalidad y creatividad que es el escaparate del street art y además es el centro de las galerías, tiendas vintage o concept stores que están creando la nueva cara de la ciudad. Es exactamente la zona hipster y artística que lleva a Oporto hasta el s. XXI. Hay galerías con exposiciones temporales muy interesantes, tiendas de diseño, tiendas de segunda mano o el arte más actual en esquinas dedicadas a ilustradores.

Muchos de los turistas de Oporto asisten para descubrir la vertiente gastronómica, presidido por el famoso vino. Para integrarse con algunos peatones y picar algo. Vale la pena entrar en el mercado del Bom Sucesso, ahora completamente reformado, o en algún otro mercado clásico y lleno de productos frescos y artesanales como es el mercado do Bolhao. La visita es un billete de entrada al alma de Oporto.
3. París, cultura por todo lo alto.

Es la gran ciudad de Europa y un viaje que nunca defrauda. Siempre podemos encontrar una buena excusa para visitar París, cultural, gastronómica, literaria, romántica, arquitectónica, etc. Además de poder disfrutar de la ciudad a cualquier temporada del año. Primavera con Champs Elysse llenos de vida. Verano con un sol radiante que deslumbran las terrazas de los edificios del s. XVII. En otoño para ver cómo todas las calles se visten los colores más cálidos de la temporada y con nevadas brillantes, París nos rodea de magia en invierno.
París es famosa por sus espléndidamente conservados paisajes urbanos, llenos de iconos como la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo y Notre Dame, y museos llenos de obras de arte de incalculable valor. Explorar las calles parisinas conduce al corazón de los quartiers (barrios) de la ciudad. Donde sus restaurantes consagrados y encantadoras tiendas conviven con creativos neobistros, talleres de moda y arte callejero.
4. Valencia, playa, noche y paella.
Valencia es la escapada perfecta y cercana. Está bien comunicada, tiene playas estupendas, buen tiempo, un panorama cultural y gastronómico en expansión y una animada vida nocturna. La visita es un éxito asegurado, arquitectura contemporánea, edificios modernistas fabulosos, buenos museos y un barrio antiguo con mucho carácter.

Además de la catedral la lonja gótica o el imponente Ciudad de las Artes y las Ciencias, sorprende con rincones como el mercado central, el museo de Bellas Artes o las playas más cercanas en el Saler y la Malvarrosa. Si lo contemplamos con un paseo por el antiguo curso del Turia, convertido en un largo y agradable parque, con una paella en la playa y con una noche de tapas y copas por el barrio de Ruzafa, la escapada puede resultar inolvidable.